Centenari enric valor

dimecres, de setembre 16, 2009

el eterno asesinato politico de durruti


Navegando sin un rumbo fijo, encontré hace un par de días, una entrevista a José Antonio Martín “Petón”, representante de jugadores de fútbol, comentarista deportivo y se ve que autor de una biografía sobre el fundador de Falange y de la doctrina del nacionalsindicalismo, José Antonio Primo de Rivera, al que Petón considera todo un “referente ético”. La entrevista no era muy interesante, y se hablaba más de fútbol que de otra cosa, pero me llamó la atención que, sin previo aviso, apareciera por allí el bueno de Buenaventura Durruti. Petón afirmaba que Durruti se había mostrado en contra del fusilamiento de José Antonio y le atribuía la siguiente frase: “con la muerte de José Antonio, si llega a consumarse, morirá también toda esperanza de reconciliar a los españoles antes de muchas décadas”.

Nunca había leído nada sobre la oposición de Durruti al fusilamiento de José Antonio que, cosas de la vida, se produjo el mismo día de su muerte en Madrid en circunstancias que difícilmente se esclarecerán algún día. Pero tampoco me pareció inverosímil, lo que me sorprendió es como, una vez más, la figura de Durruti es empleada interesadamente, en éste caso, tratando de revelar una supuesta simpatía del miliciano anarquista por el aristócrata filofascista.

Es curioso que un personaje como Durruti, con todo un historial de lucha anarquista, y que se mostró fiel a sus principios hasta el día de su muerte, raramente sea criticado desde otras ideologías. Es, de hecho, una especie de mito al que todo el mundo trata de ligar a sus propias luchas.

Las tergiversaciones más flagrantes sobre la vida y obras del anarcosindicalista leonés han venido, como suele ocurrir en estos casos, desde el sector estalinista. Aunque hoy en día, afortunadamente, el camarada Stalin y su modus operandi ya no tengan muchos adeptos, su dialéctica sigue viva junto a algunas de las muchas mentiras que sembraron sus lacayos, muy especialmente en todo lo que se refiere a la Guerra y Revolución españolas.

Una de los mitos sobre la muerte de Durruti más defendidos por los estalinistas fue que éste fue asesinado por la espalda por sus propios compañeros. Los anarquistas más radicales y fanáticos de la FAI (en la que por cierto, Durruti siempre había militado defendiendo las posiciones más vanguardistas), habrían acabado con su vida por un supuesto acercamiento de Durruti a la estrategia de los comunistas. Muchas veces está versión es adornada con un último detalle: Durruti se habría afiliado al PCE de forma secreta, y estaba esperando el momento más adecuado para sacarlo a la luz. Por muy delirante que parezca, esta fue la historia que defendieron los corresponsales soviéticos de la época, y la que aún hoy, más de uno se atreve a defender en foros o conversaciones de barra de bar.

No es mi intención responder a estas farsas, pues cualquiera que lea sobre la vida de Durruti sabrá que es algo carente completamente de fundamento. Es esclarecedora su última aparición pública, la conocida como la “Carta a los obreros rusos”, escrita por Durruti en el aniversario de la revolución de Octubre, unos días antes de su muerte. Como escribe Abel Paz “es un texto de un obrero que se dirige a otros obreros, recabando de ellos una acción revolucionaria a favor de un proletariado revolucionario que lucha por la revolución social, y que afirma su propósito de llevarla adelante”. En el texto no se menciona a los bolcheviques ni a Stalin como líder del proletariado mundial, lo que probablemente supuso su censura en la URSS. Esta carta se puede leer aquí.

No sólo los estalinistas trataron de apropiarse de la personalidad de Durruti. El propio gobierno Republicano de la era Negrín trato de hacerle pasar a la historia como un oficial del Ejército Popular al que Durruti se había opuesto totalmente, defendiendo el sistema de milicias populares. El 25 de abril del 38, Negrín enviaba un documento por el que se nombraba a Durruti teniente coronel “por sus servicios prestados a la República”, siendo rechazado este dudoso honor por su viuda Émilienne Morin.

Más recientemente, en 2006, la clásica manifestación antifascista del 20-N que se celebra todos los años en Madrid, se hacía bajo el lema “República, autodeterminación, socialismo”. Este asunto provocó un amplio debate del que no nos haremos eco aquí, y la división de la manifestación en dos bloques: uno contrario al lema de la manifestación, formado esencialmente por anarquistas, y otro digamos, oficialista, básicamente compuesto por comunistas. Lo de siempre vaya. Pero lo curioso es que, en esta manifestación de 2006, cuando se cumplían 70 años de la muerte de Durruti, en el sector oficialista que marchaba por la proclamación de la III República se enarbolaba una pancarta con la cara de Durruti, cual Che Guevara o Lenin, ante la atónita mirada del sector antiautoritario, que se había desligado de la organización precisamente por su lema escasamente libertario.

En los últimos tiempos, también la socialdemocracia parece estar dispuesta a convertir a Durruti en todo un mito de la democracia burguesa. El 20 de noviembre de 2006, El País publicaba un artículo titulado “Homenaje a Durruti”, honrando la memoria de este luchador antifascista que en su día declaró no sentir ninguna simpatía por los periodistas profesionales, asalariados pero con nula conciencia de clase. En cualquier caso, en todas las esporádicas apariciones de Durruti en la prensa burguesa es tratado como líder militar más que como militante revolucionario.

Ahora parece que también los fascistas se apuntan al carro, a juzgar por las palabras de Petón del que desconozco su ideología aunque su simpatía por Primo de Rivera y los falangistas le hace sospechoso. En la entrevista ya mencionada, Petón trataba de conectar a José Antonio con Durruti exponiendo curiosos vínculos como las negociaciones infructuosas que existieron durante la II República, según él, entre nacionalsindicalistas y anarcosindicalistas; las manifestaciones de Durruti en contra de la previsible ejecución de José Antonio; y la militancia falangista de los hermanos del libertario.

Desde todos los sectores se ha tratado de atraer hacia sí la figura de Durruti, obviando que luchaba, precisamente contra todo lo que ellos representan. Extrayendo de su vida sólo los aspectos que a cada uno le han interesado y dejando a un lado el resto. Si estudiamos en conjunto la vida de Buenaventura Durruti, sin caer en mitificaciones, descubrimos todo un ejemplo de una persona íntegra, ajena a los liderazgos, fiel a sus principios revolucionarios y libertarios hasta su muerte y, en definitiva, poseedora de una ética aplastante y personalización de los principios de la lucha anarquista.

Entrar, hoy en día, en pesquisas sobre su oscura muerte es un trabajo baldío, pues prácticamente no quedan testigos de aquella época y demasiados intereses cruzados han imposibilitado durante años las investigaciones. Lo que es inaceptable es que, 70 años después de su muerte, se siga insistiendo en su asesinato político, convirtiendo a Durruti en una leyenda según la conveniencia de cada cual, carente de un discurso coherente como el que defendió siempre en vida. Nuestra labor es que la obra de Durruti no sólo no caiga en el olvido ni en la manipulación sino que pueda ser continuada, por nosotros y por futuras generaciones.
http://losincendiadores.wordpress.com/

1 comentari:

german ha dit...

jo el que no sé és perquè no deixen el treball d'escriure la història als historiadors [demanar que siguen bons ja seria la utopia de la utopia] i si es dedica a negociar amb jugadors de futbol que no canvie la senda vella per una altra de la que no té ni p...!