Centenari enric valor

dijous, de gener 17, 2008

encuentros con lo real


Encuentros con lo real - Jordi Quiñonero (primera part)
1. Vivimos sumergidos en una mentira que una minoría aborrece, otra minoría defiende, pero que TODOS consentimos.


2. Observad atentamente, sin distraernos con los miles de espectáculos que nos ofrece este espectáculo, es posible que lleguemos a la conclusión de que la libertad no existe más que como apariencia.


3. En la sociedad libre en la que creemos vivir todos tenemos derecho a discrepar y actuar, pero en realidad no podemos hacer ni decir nada que se salga del consenso enfermizo en el que realmente vivimos. Cualquier expresión de libertad que se salga de la "libertad socialmente definida" se toma como una amenaza por parte de la clase dirigente. Lo nuevo les asusta, pero existe.


4. El problema es que esta clase dirigente (o sea los que se forran mientras los demás se rompen la espalda currando) formada por banqueros, directores de multinacionales, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización Mundial de Comercio,..., es ahora mucho menos visible que antes, más difícil de identificar. Hasta el punto de que mucha de la gente normal (aquella que tiene un trabajo asalariado y una hipoteca con el bando) no la reconoce como clase dirigente, aceptan su justificación de "están ahí porque lo merecen", o simplemente no creen que las acciones de esta gente les afecten en absoluto.


5. El engaño llega al punto de que lo que asusta a esta clase dirigente y que por tanto debería sentirse como liberación por nuestra parte, ha llegado a sentirse como amenaza también por la gente normal, han sido despojados (algunos voluntariamente) de su conciencia de clase. La clase dirigente nos ha inculcado desde pequeños el ser conservadores, nos ha costado tanto conseguir lo que TENEMOS que no nos importa defenderlo aunque sea una mierda.


6. ¿Qué es todo eso a lo que nos aferramos y que estamos dispuestos a defender? ¿Una vida cotidiana que se diluye en la rutina mas insoportable? ?Un empleo que nos aparta del maravilloso trabajo de vivir? ¿Un ocio que no es mas que trabajo ocultado bajo la espectacular apariencia del consumo? ¿Una ciencia que no es más que negocio de multinacionales? ¿Una comida que nos envenena?...


7. Querido occidental de clase media, tal vez tus problemas son menos visibles que los de ciertos países de África, pero tus logros (que en absoluto ni son tuyos, ni son logros) solo los han camuflado bajo la apariencia de pequeños inconvenientes del progreso. En realidad todos somos pisados por el mismo pie.


8 ¿De verdad crees que no merece la pena rebelarse ante esta libertad esclavizante? Como se puede ser libre si no podemos salirnos ni un ápice del esquema de vida marcado (despertar-trabajar-comer-consumir-dormir), ¿es eso acaso diferente a vivir en la cárcel?

9 Lo más cómico es que somos esclavos voluntarios y que simplemente queriéndolo acabaríamos con esta esclavitud, todo se basa en nuestra sumisión inconsciente (o consciente, que de todo hay), en pensar que la vida se reduce a esto, en consentir este aburrimiento camuflado de diversión, en contentarnos con la justificación de que siempre hay alguien a quien le va peor.


10. Crear redes que nos hagan cada vez más independientes del circuito de la mentira en el que vivimos (trabajo asalariado, dinero, consumo compulsivo, trabajo compulsivo y responsabilidad mal entendida, comida envenenada con pesticidas, educación que convierte a nuestrxs hijxs en respetables sumisxs del futuro,...), redes que se basen en la gente en la confianza entre las personas que la formen. Eso parece mucho mejor que confiar en instituciones que en realidad no existen y que nos dan la espalda al mínimo problema. El poder está en nosotros, nosotros si existimos. Por tanto es interesante que estas iniciativas se puedan llevar a cabo, salgan a la calle y se enfrenten cara a cara con la apariencia. Pero sobre todo es importante que esas iniciativas sean enfrentamiento real con la apariencia y no apariencia de enfrentamiento. Que los actos vayan más allá que las palabras. Muy difícil.

[...], demà més, mañana más.